La violencia es el tipo de interacción entre
sujetos que se manifiesta en aquellas conductas o situaciones que, de forma
deliberada, aprendida o imitada,2 provocan o amenazan con hacer daño o sometimiento grave (físico, sexual,
verbal o psicológico) a un individuo o a una colectividad;3 o los afectan de tal manera que
limitan sus potencialidades presentes o las futuras.4 Puede producirse a través de acciones
y lenguajes, pero también de silencios e inacciones.
Se trata de un concepto
complejo que admite diversas matizaciones dependiendo del punto de vista desde
el que se considere; en este sentido, su aplicación a la realidad depende en
ocasiones de apreciaciones subjetivas.
La violencia fue asociada desde tiempos
muy remotos a la idea de la fuerza física y el poder. Los romanos llamaban vis,
vires a esa fuerza, al vigor que permite que la voluntad de uno se imponga
sobre la de otro. Vis tempestatis se llama en latín el ‘vigor de una
tempestad’. En el Código de Justiniano se habla de una
‘fuerza mayor, que no se puede resistir’ (vis magna cui resisti non potest).
Vis dio lugar al adjetivo violentus que,
aplicado a cosas, se puede traducir como ‘violento’, ‘impetuoso’, ‘furioso’,
‘incontenible’, y cuando se refiere a personas, como ‘fuerte’, ‘violento’,
‘irascible’. De violentus se derivaron violare --con el sentido de ‘agredir con
violencia’, ‘maltratar’, ‘arruinar’, ‘dañar’-- y violentia, que significó
‘impetuosidad’, ‘ardor’ (del sol), ‘rigor’ (del invierno), así como
‘ferocidad’, ‘rudeza’ y ‘saña’.
Cabe agregar que vis, el
vocablo latino que dio lugar a esta familia de palabras, proviene de la raíz
prehistórica indoeuropea wei-, ‘fuerza vital’.
Concepto
El elemento
esencial en la violencia es el uso de la fuerza tanto física como psicológica
para lograr los objetivos y contra la voluntad del violentado. Esto puede
manifestarse de múltiples maneras (por ejemplo, los estímulos nocivos de los
que depende) y asociado igualmente, a variadas formas como humillaciones,
amenazas, rechazo o agresiones verbales. Una consecuencia puede ser de
destrucción a través de lesiones físicas, por ejemplo:
Es destacable también el daño (en forma
de desconfianza o miedo) sobre el que se construyen las relaciones
interpersonales, pues está en el origen de los problemas en las relaciones
grupales, bajo formas como la polarización, el resentimiento, el odio, etc.,
que, a su vez, perjudica las redes sociales y de comunidad.
Otro aspecto de la violencia que hay que
tener en cuenta es que no necesariamente se trata de algo consumado y
confirmado; la violencia puede manifestarse también como una amenaza sostenida
y duradera, causante de daños psicológicos quienes la padecen y con repercusiones
negativas en la sociedad.
En otro orden de cosas, cuando la
violencia es la expresión contingente de algún conflicto social puede darse de
manera espontánea, sin una planificación previa minuciosa.
La violencia puede además ser encubierta
o abierta; estructural o individual.
Es un comportamiento deliberado,
que provoca, o puede provocar, daños físicos o psicológicos a otros seres, y se
asocia, aunque no necesariamente, con la agresión física, ya que
también puede ser psicológica, o maltrato emocional, la represión política o la intolerancia religiosa a través de
amenazas, ofensas o acciones. Algunas formas de violencia son sancionadas por
la ley o por la sociedad, otras son crímenes.
Distintas sociedades aplican diversos estándares en cuanto a las formas de
violencia que son o no son aceptadas.
El individuo violento se impone por la
fuerza. Existen varios tipos de violencia, incluyendo el abuso físico, el abuso psíquico y el abuso sexual.
Sus causas pueden variar, las cuales
dependen de diferentes condiciones.
Se denomina estilización de la violencia a la estatización
que de la violencia se hace en distintas expresiones del arte, la cultura y los
medios de comunicación.
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